El autor invitado de hoy es Josh Harlan, fundador y socio director de Harlan Capital Partners.
El mundo del deporte está experimentando cambios en la compensación de los atletas que reflejan una revolución en la forma en que se compensaba a los actores y directores en Hollywood a finales del siglo XX. A medida que la industria del entretenimiento se aleja de los salarios fijos y se adentra en un complejo sistema de regalías y participación en las ganancias, los atletas profesionales y universitarios están viendo una mayor proporción de los ingresos provenientes de patrocinios pagados en nombre, imagen y semejanza (NIL).
Esta evolución reconoce la comerciabilidad personal de los atletas y equilibra las recompensas monetarias con su contribución al éxito de la industria. También está abriendo nuevas oportunidades para que los inversores consideren un mercado incipiente que está destinado a una gran expansión en la próxima década.
Durante la «Edad de Oro» de Hollywood, desde mediados de la década de 1930 hasta principios de la de 1960, los estudios retuvieron a las estrellas, obligándolas a contratos a largo plazo con salarios fijos, independientemente del éxito de la película. El eventual declive de este sistema, impulsado por cambios legales y el auge de la televisión, abrió la puerta para que actores y directores negociaran acuerdos más lucrativos, reconociendo que ciertos actores y directores tienen poder de estrella y el potencial de aumentar significativamente la rentabilidad de un proyecto. Más importante aún, la introducción de acuerdos de regalías y participación de back-end permitió a estas personas compartir el éxito financiero de sus proyectos.
Una evolución similar se ha producido en los deportes profesionales. Tradicionalmente, a los atletas se les pagaba un salario fijo con oportunidades de ganar más que su contrato. Sin embargo, la creciente popularidad de los deportes en los medios internacionales y las plataformas de redes sociales ha puesto de relieve el alto valor de los atletas individuales. La negociación de Acuerdos de Negociación Colectiva (CBA) en las ligas mayores ha dado a los jugadores una mayor participación en los ingresos de la liga, reconociendo su papel central en la generación de ingresos a través de la venta de entradas, derechos de distribución y mercancías.
Además, el aumento del patrocinio de los atletas refleja las estrellas modelo de Hollywood de hoy que utilizan sus personajes públicos para obtener ganancias financieras. Atletas como LeBron James y Serena Williams han convertido su reconocimiento mundial en lucrativos acuerdos de patrocinio, que en ocasiones han superado sus ganancias por contratos deportivos. Esta tendencia pone de relieve un cambio en el modelo en el que los atletas son vistos no sólo como jugadores, sino como marcas por derecho propio.
Quizás el avance reciente más significativo en este panorama haya sido la introducción de derechos NEIL para los atletas universitarios. Históricamente, estos atletas han sido atractivos importantes para sus escuelas y la NCAA, pero se les ha negado el beneficio completo de su nombre, imagen y semejanza. Los recientes cambios de política en las tarifas NIL y el litigio antimonopolio en curso de la NCAA representan un momento desafiante para la capacidad de los atletas universitarios de monetizar sus marcas personales. Este cambio alineará más estrechamente los deportes universitarios con las ligas profesionales y la industria del entretenimiento.
En el curso de la evolución de los derechos y compensaciones de los atletas, pueden surgir nuevos mercados, lo cual es necesario para apoyar la creciente industria. Es posible que las empresas de inversión pronto recurran a universidades, asociaciones, ligas y atletas individuales para financiar ganancias futuras, como derechos de prensa, patrocinios y regalías NIL. Esto presenta una gran oportunidad para que las instituciones financieras y los inversores accedan a un mercado que está destinado a expandirse. Además, los atletas universitarios aportan un atractivo único: su presencia altamente local, altamente relevante y altamente auténtica resuena más en los mercados donde los deportes universitarios son la principal o única forma de entretenimiento deportivo. En regiones sin un equipo deportivo profesional, estos atletas aportan espíritu y orgullo comunitario, exclusivos de los deportes universitarios y que brindan una autenticidad que atrae a marcas locales y regionales que buscan conectarse con sus audiencias de una manera significativa.
Los críticos argumentan que cambiar a un modelo de compensación basado en el mercado podría crear disparidades entre los equipos, y sólo los atletas comercializables se beneficiarían en gran medida. En el contexto de los deportes universitarios, existe la preocupación de que centrarse en patrocinios y acuerdos con NEIL pueda distraer a los atletas de sus compromisos académicos y deportivos. También existe la preocupación de que los atletas jóvenes carezcan de la orientación necesaria para gestionar responsablemente su nueva riqueza.
Sin embargo, estas preocupaciones a menudo pasan por alto el punto más amplio de la equidad y el derecho de los individuos a beneficiarse de su propio trabajo y del mercado. La realidad cambiante en los modelos de compensación reconoce que ciertos atletas aportan un valor único a sus equipos y ligas. Así como las estrellas de Hollywood obtienen enormes sueldos por atraer audiencias, los mejores atletas deberían recibir una compensación proporcional a su impacto. Con el apoyo y la educación adecuados, los atletas pueden navegar responsablemente estas nuevas oportunidades financieras para garantizar la estabilidad financiera a largo plazo.
En general, los cambios en la forma en que se compensa a los atletas reflejan una revolución en la industria del entretenimiento. Un movimiento hacia estructuras de compensación más equitativas, incluido el apoyo y los pagos NIL, reconoce el mayor valor que los talentos individuales aportan a sus respectivos campos. Si bien existen preocupaciones válidas sobre posibles disparidades, los beneficios de permitir que los atletas capitalicen su propia comercialización y contribución son claros. A medida que la industria del deporte evoluciona, la adopción de modelos de compensación justos y basados en incentivos será fundamental para promover la equidad y realizar el verdadero valor del talento individual.